Indigente temía por su vida y casi nunca pernoctaba en la vivienda donde fue ultimada
Bagua Grande (José Flores).- AHORA dialogó con varios vecinos que conocían de cerca a la indigente Benita Álvarez Calledo, incluso una señora que tiene una pequeña bodega indicó que minutos antes que los asesinos la atacasen, compró unas velas en su tienda, extrañándole que la indigente se dirija a su vivienda, ya que poco dormía en esa casa sin servicios básicos, porque decía que hay personas que la quieren matar y violar.
Otras vecinas mencionaron que la indigente les había revelado que ya había sido víctima de violación en otras oportunidades y tenía miedo dormir en esa casa, y por eso siempre pedía posada en los vecinos por su seguridad, no descartándose que los mismos sujetos presuntamente hayan estado acostumbrados a ultrajar sexualmente a la pobre mujer, hasta que se les pasó la mano y la asesinaron.
Benita Álvarez Calledo se había ganado la confianza de los vecinos, quienes la alimentaban y le daban propinas cuando podían, mientras que en otras oportunidades la indigente se dedicaba a recoger plásticos para venderlos, y siempre la observaban que aproximadamente a las cinco de la tarde de todos los días pasaba con dirección a su vivienda y luego buscaba otro lugar donde dormir, porque sentía que sus verdugos la buscaban para matarla cruelmente.
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