Hace 14 años ocurrió lamentablemente la desaparición del vuelo TANS 222 en Chachapoyas

Bagua Grande (José Flores) El día jueves 09 de enero de 2003, el avión Fokker F- 28 de matrícula OB - 1396, de la aerolínea TANS, fue declarado como "desaparecido" luego que éste perdiera contacto con su Torre de Control s de haber partido de la ciudad de Chiclayo hacia Chachapoyas, Perú, con 41 pasajeros a bordo y cinco (05) tripulantes, su último contacto lo realizó a las 08:43 hora local del Perú.
"Pierna base", dijo el piloto. La torre de control recibió la comunicación y todos en el aeropuerto se prepararon para el aterrizaje del vuelo 222 de TANS-Perú procedente de Chiclayo.
La visibilidad era pésima. Según el SENAHMI el denso banco de nubes que se encontraba sobre Chachapoyas acababa de descender sobre la zona cubriéndola por completo. Una condición habitual en la región en esta época del año. Por eso nadie se preocupó de que no hubiera contacto visual con la aeronave. Tres minutos después las cosas cambiarían abruptamente. El avión no aparecía sobre la cabecera de la pista.
SE ENCIENDEN LA ALERTA
A las 8:48 a.m. César Bejarano, operador de la torre, empezó a llamar al avión desesperadamente. Luego de dos minutos el silencio radial se mantuvo. Insistió, pero no hubo contacto. Se declara la alerta.
De acuerdo a los procedimientos, a las 9:14 a.m. los encargados del aeropuerto se comunican con Córpac-Lima para informar del incidente.
Seis minutos después, el Ministerio de Defensa activa el SAR (Servicio de Búsqueda y Salvamento) y se emite un mensaje de emergencia a nivel nacional.
En TANS siguen intentado comunicarse con la aeronave, pero sus gestiones son infructuosas. Mientras tanto, Córpac solicita información sobre la lista de pasajeros y los nombres de la tripulación.
A las 10 de la mañana, las dependencias policiales de Amazonas entran en alerta e inician las primeras operaciones de búsqueda. Pocos minutos después distintas radios dan a conocer la noticia. "Un avión de TANS con destino a Chachapoyas ha desaparecido", informan.
La consternación se apodera de la ciudadanía. A las 11:36, tres horas después de que se perdiera todo contacto con la nave, el helicóptero FAP 611 despega de la base El Valor. Su misión es ubicar la nave y auxiliar a los posibles sobrevivientes. A las 12:10 otros helicópteros se unen a la búsqueda, pero el mal tiempo impide que la operación de rescate se desarrolle con normalidad. Ninguna encuentra vestigios del Fokker. Por tierra patrullas de la Policía peinan la zona.
Uno de los problemas que enfrentan los rescatistas es que el sistema trasmisor de emergencia, que todos los aviones llevan en la cola, no se activa (después se sabría por qué: la nave se desintegró con el impacto y, salvo la caja negra, todos los sistemas se pulverizaron).
La falta de señal hizo más penosa la búsqueda. Sin ella encontrar la nave requería de una ubicación visual, pero la extrema nubosidad se tragaba todo vestigio.
Al caer la tarde, a la par que las nubes se hacían más tupidas, las esperanzas de hallar sobrevivientes se desvanecían. La búsqueda aérea se tuvo que suspender a la seis por la escasa visibilidad.