jueves, 3 de febrero de 2011

La irresponsable deforestación
amenaza la vida del planeta


AIDESEP. La irresponsable deforestación de los bosques, que albergan más 300 millones de personas en el mundo y provee alimentos, recursos naturales, agua, medicina a más de 1.600 millones de seres humanos y vive el 80% de la biodiversidad del planeta, va incrementando su degradación poniendo en peligro la vida de los seres que habitamos y que los gobiernos no quieren darse cuenta que vamos camino a nuestra autodestrucción.

De acuerdo al reciente informe sobre la evaluación de los Recursos Forestales Mundiales de la FAO, del 2000 al 2010, la pérdida anual neta de los bosques del mundo fue de 5.2 millones de hectáreas. América del Sur es la región más castigada puesto que perdió 4 millones de hectáreas por año. En la última década, los bosques primarios disminuyeron en más de 40 millones de hectáreas.

En el Perú, la tasa de deforestación es de 725 hectáreas de bosques destruidos por día, causados sobre todo por la tala ilegal de árboles. Un lamentable ejemplo es lo que sucede en el distrito de Barranquita, región San Martín, donde el grupo Romero ha deforestado 3 mil hectáreas de bosques primarios para cultivar palma aceitera. Además, se observa la construcción de represas en la Amazonía porque el embalse de bosques genera grandes cantidades de metano, un gas de efecto invernadero 20 veces más contaminante que el CO2.

Otras amenazas para la biodiversidad forestal son la gestión forestal insostenible, el cambio climático, los incendios forestales, las plagas de insectos y las enfermedades, así como las catástrofes naturales y las especies invasoras. Todo ello produce graves daños en los bosques.

La reducción del área de los bosques causa hasta un 20% de las emisiones mundiales de CO2, que contribuyen al calentamiento global, y con ello, al cambio climático. Las emisiones de carbono de los bosques bajaron en los últimos años, como consecuencia de la menor tasa de deforestación y la plantación a gran escala de nuevos bosques.

Desde 1990, la superficie forestal destinada a la conservación de la biodiversidad, la protección de los recursos de sueños y agua, y/o la conservación del patrimonio cultural, ha crecido más de 95 millones de hectáreas.

La Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana – AIDESEP ya se ha pronunciado en contra de REDD y sostiene que no habrá viabilidad ni sostenibilidad de ninguna inversión REDD en el Perú sin saneamiento territorial previo y ley de consulta previa a los pueblos indígenas.

Agrega que la transformación acelerada de los ecosistemas y la degradación ambiental exigen medidas urgentes, efectivas y conjuntas de los gobiernos. Por ello, a nivel regional, se requiere construir una visión ambiental amazónica integrada y definir el papel a cumplir en el desarrollo nacional e incorporar la gestión de riesgo.

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