RADIO "LA VOZ" DE BAGUA GRANDE

Vienen cobrando a domicilio por cursos de computación: Fiscalía de Prevención investiga a seudo Instituto San Ignacio de Loyola

BAGUA GRANDE, 15.06.11. (JOSÉ FLORES).- Tras recibir las quejas de varios padres de la I.E. Alejandro Sánchez Arteaga de Bagua Grande y de otros centros de estudios de la ciudad, quienes aseguraban sentirse presuntamente estafados por un seudo Instituto auto titulado San Ignacio de Loyola de la ciudad de Chiclayo, el Fiscal Adjunto de Prevención del Delito, Dr. Wílmer Núñez Guevara, se trasladó hasta un céntrico hotel de la localidad con el objetivo de constatar la existencia legal de dicho instituto, que venía cobrando a los padres de familia en sus domicilios, por cursos de computación para sus hijos.

A pesar que los representantes del “instituto” habían dado como dirección legal las instalaciones de un reconocido hotel, nunca se hicieron presentes para esclarecer las quejas y las preocupaciones de los padres. Incluso el diario AHORA logró comunicarse con uno de ellos, Joaquín Samamé, a quien se le solicitó una entrevista para esclarecer los hechos, pero a pesar que se comprometió a dar su versión en el hotel, este señor nunca apareció.

El fiscal se hizo presente en el hotel con una madre de familia, a quien le habían solicitado su celular a cuenta del curso de computación, mientras que otros estudiantes indicaron que los señores del “instituto” les prometieron que los cursos serían gratis. Por su lado, la administradora del hotel señaló al magistrado y al diario AHORA que ningún representante del San Ignacio de Loyola había separado cuarto, aclarando que solo hablaron con una de las secretarias a quien indicaron registre a los padres que lleguen a preguntar por ellos.

Mientras el fiscal esperaba en vano a los representantes del “instituto”, varios padres de familia se hicieron presentes en la diligencia y aprovecharon para trasladarle su preocupación al fiscal, desde el punto de vista de cómo algunos directores de instituciones educativas permiten con tanta facilidad el ingreso de personas desconocidas a las aulas de sus hijos y se den la paciencia de preguntar a los estudiantes quiénes son sus padres, en qué trabajan, dónde viven y hasta sus teléfonos.

Lo que originó las sospechas de algunos padres fue la documentación apócrifa que venían proporcionado los señores del “instituto”; por ejemplo, para llenar los datos de los alumnos utilizaron una pequeña esquela de papel bond; a los padres que cancelaban los 25 soles que costaba la inscripción les entregaban un papel que decía Instituto San Ignacio de Loyola y un recibo simple con la razón social de Instituto de Capacitación Profesional de Informática San Ignacio De Loyola-Chiclayo.

Lo sorprendente es que ambas razones sociales no existen en la SUNAT, ya que dicha institución tributaria solo registra al reconocido Instituto San Ignacio de Loyola S.A, con sede en La Molina-Lima, y al Instituto Superior Técnico San Ignacio de Loyola en Junín.

AHORA logró comunicarse con el coordinador del cuestionado instituto, Carlos Vásquez Cabrera, quien señaló que su representada sí estaba debidamente registrada en la SUNAT pero a nombre de una persona natural (Fiorella Rubí Berrú Vásquez) y no del instituto San Ignacio de Loyola de Lima o Junín; adujo que todo había sido un mal entendido con algunos padres de familia, a quienes les pidió disculpas y les solicitó que sigan inscribiéndose porque de todas maneras realizarían los cursos de computación en las instalaciones de un hotel de Bagua Grande.

“Nosotros estamos brindando cursos en varias regiones, somos gente profesional que recorre el Perú; lo que sucede es que las personas encargadas de las inscripciones están proporcionando documentos provisionales que luego serán cambiados con las boletas respectivas. Quiero dejar en claro que no estamos estafando a nadie”, dijo el señor Carlos Vásquez desde la ciudad de Chiclayo, quien se comprometió a venir a Bagua Grande a aclarar el problema.

Por su parte el director de la UGEL-Utcubamba, profesor Ángel Constantito Ubillús, fue enfático al declarar que todo instituto o academia que pretenda brindar cursos de cualquier índole, primero