martes, 15 de noviembre de 2011

AIDESEP y Felipe Bazán padre coinciden en que peinar la zona por la
policía podría significar una acto de persecución contra los pueblos

AIDESEP, 15 de noviembre de 2011. Ante la decisión del gobierno de iniciar la búsqueda del mayor Bazán desaparecido en los lamentables hechos de Bagua; el presidente de la AIDESEP, Alberto Pizango Chota, expresó su preocupación pues ésta acción podría significar un acto de amedrentamiento contra los pueblos indígenas pues existe el temor de continuar siendo perseguidos y criminalizados por actos del cual los únicos responsables son el mismo Alan García y sus ministros.
En este sentido, también coincidió Felipe Bazán, padre del mayor desaparecido, quién se reunió hoy con el dirigente indígena, para coordinar acciones conjuntas que le permitan ingresar a las comunidades indígenas awajún de la zona y recopilar información que pueda llevarlo a encontrar a su hijo.
Durante la reunión, ambas personas creen que una acción del gobierno de esta naturaleza podría acarrear más problemas que beneficios, pues aún las heridas de los
lamentables hechos de Bagua del cinco de junio de 2009, siguen abiertas pues la justicia peruana solamente ha responsabilizado de estas acciones a los pueblos indígenas, a sus dirigentes y a los policías, pero no tienen en cuenta que los hermanos policías cumplieron una orden que venía de las máximas autoridades del gobierno aprista.
Por eso, tanto Felipe Bazán padre como Alberto Pizango, pidieron al Poder Judicial y al actual gobierno que las acciones a realizar no tenga un afán de distracción, ni criminalización de los pueblos, sino que se inicie una verdadera investigación de lo que realmente sucedió este día.
Como recordaron, el 4 de junio, los dirigentes indígenas apostados en la carretera Fernando Belaúnde Terry (Curva del diablo) acordaron junto con loe general Muguruza y Uribe, retirarse la mañana del cinco de junio hacia sus comunidades. Sin embargo, en la madrugada del mismo día se inició el desalojo que terminó con la muerte de 33 peruanos, un desaparecido y más de 200 heridos de balas y que hasta hoy no hay responsables directos de estos hechos, salvo los dirigentes indígenas como si fueran ellos quienes daban las órdenes a la policía.
Desde que sucedieron estos hechos hasta ahora, no existe una intención de investigar a pesar que el propio actual presidente cuando era candidato presidencial prometió, en innumerables oportunidades, que lo sucedido el cinco de junio no quedaría sin resolverse, sino que él mismo bregaría hasta encontrar la verdad: pero lamentablemente todo fue una promesa que fue olvida prontamente.

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