jueves, 10 de octubre de 2013

Conozca un nuevo potencial turístico en Amazonas
 Las siete lagunas de Granada y sus bellas aguas curativas





 CHACHAPOYAS.- No podemos negar que el acceso a este lugar es todavía difícil y negar que no hace frío, si estamos nada menos que a 3 mil 800 msnm. Pero sí podemos asegurar, que si usted toma la decisión de visitar este nuevo potencial turístico en Amazonas va quedar maravillado y regresará, a pesar del cansancio, con nuevas energías, vitalizado de haber gozado de sus aguas cristalinas y de un paisaje natural único. La Siete Lagunas se encuentran ubicadas en el distrito de Granada en el Alto Imaza provincia de Chachapoyas en Amazonas y hasta ahí llegó el diario Marañón este fin de semana gracias a la invitación de la Dirección Regional de Comercio Exterior y Turismo para realizar un recorrido por los distritos que conforman esta cuenca (Asunción Goncha, Quinjalca, Olleros y Granada). Obviamente el mayor objetivo era llegar a este enigmático lugar donde un cerro llamado “Campanario” es el único vigía de 7 portentosas lagunas juntas que el mundo debe conocerlas. El día de la partida amaneció con lluvia, lo que preocupó a parte del grupo, menos a Manuel Cabañas López, actual Director de Turismo, quien tenía claro el objetivo de llegar si o si a este lugar que motivó el viaje. Luego de tomar desayuno y esperar un par de horas que la lluvia cese y pese a todos los vaticinios adversos sobre el clima del día, partimos a las Siete Lagunas. Un grupo decidió caminar y otros a caballo, salimos con una tenue lluvia que se incrementaba y por ratos se disipaba. Como buenos aventureros todos llevamos ponchos y botas de jebe. El camino en varios tramos ha sido arreglado por la comunidad para tenerlas en mejores condiciones, pero no es suficiente, existen fangos, subidas muy empinadas, piedras muy lisas, cuando llueve el camino se pone muy difícil, que puede poner en riesgo la integridad física de osados caminantes que no realicen la visita con prudencia. Gracias a Dios y con el apoyo de amigos de la Comunidad de Granada, pudimos llegar luego de 3 horas hasta un extenso pajonal, por donde se forman quebradas de agua fría y cristalina que serpentean la zona. Para llegar a las orillas de las Lagunas uno tiene que atropellarse suavemente en los ichus en un ejercicio de acrobacia, precisión y coordinación, de no mantener el ritmo, sus pies se hundirán en el fango. Al llegar a la primera laguna el viento sopla cada vez más fuerte y el frío se hace más intenso, las manos se endurecen, y una densa neblina nos cubre por un momento. La sombra blanca impide poder visualizar la laguna en su magnitud, pero ello no dura mucho, luego de un rato se aleja y nuestros ojos pueden contemplar la laguna bautizada como María Gondolán en su máximo esplendor. 

LAS SIETE LAGUNAS Y SUS CURANDEROS 

Los nativos del lugar, nos relatan historias que tienen como escenario estas ancestrales lagunas que fue el lugar predilecto de curanderos y hechiceros que venían a tratar a sus pacientes, según los narradores, con resultados imaginados. Actualmente se desconoce si alguien continúa con esta práctica. Al despejarse el cielo y caminando un poco más se aprecia las otras seis lagunas, que debido al mal tiempo y a la lluvia que comenzó a caer no pudimos avanzar más. Martín Chumbe, destacado fotógrafo Chachapoyano y orientador turístico, afirma que no son siete lagunas sino que serían más de veinte que se encuentran en el lugar. Tarea pendiente para comprobarlo en una nueva visita con un mejor tiempo. Esta crónica no estaría completa, si pasamos por alto que luego del enfriamiento voluntario y un derroche de energía para llegar al pie del Campanario, la comunidad de Granada nos recibió en una casita de paja a 20 minutos de la laguna donde tendieron en la pampa varias viandas con cuy, gallina, chancho, cecina, acompañado de papas, purtumote, tortillas, etc. Un festín que hizo olvidar las caídas y embarradas propias de la ruta bajo la lluvia. Luego de esta experiencia creemos que existe un gran potencial en este lugar que requiere del compromiso de sus autoridades locales, provinciales, y regionales para contar con un nuevo atractivo turístico que se convierta así como Quiojta, Gocta, las Palmeras de Ocol, donde su gente se ha asociado para prepararse y atender la visita de turistas nacionales e internacionales. Hay mucho trabajo por delante y la buena voluntad de la comunidad para que las Siete Lagunas suenen la campana de un desarrollo turístico que les permita mejorar sus condiciones de vida, articulando una nueva ruta turística y así poder diversificar nuestra oferta turística regional. (Elizalde Cruz)

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