jueves, 6 de agosto de 2015

MULTITUDINARIO ADIÓS A JOVEN CON DISCAPACIDAD 










Bagua Grande (Carlos Flores Borja).- En medio del dolor y de cánticos de esperanza fue llevado hasta su última morada el joven José Alejandro Julcahuanca Córdova, persona con discapacidad severa pero que sin embargo supo sobresalir como un excelente estudiante de superior y mejor trabajador. Ejemplo de solidaridad, José Alejandro deja este mundo terrenal a los 30 años de edad, producto de las enfermedades que lo agobiaban como distrofia muscular, diabetes y tiroides. José Alejandro, transportándose en su silla de ruedas, estudió computación e informática en el Instituto Superior Tecnológico Privado CIBERNET y logró trabajar rotativamente en la Municipalidad Provincial de Utcubamba durante los gobiernos de Segundo Hernández y Milecio Vallejos, gracias a un convenio suscrito entre esa comuna y la APDU, asociación a la que ayudó a fundar y a la que durante 13 años perteneció. Acompañado de los socios de la APDU, de sus compañeros del Grupo Musical “Agua Viva”, de diversos grupos católicos y de sus vecinos de la Esperanza Alta, José Alejandro fue trasladado hasta el cementerio Ángel Divino de Bagua Grande a pie desde su domicilio ubicado en el Jr. Belén, a un costado del colegio Santiago Apóstol, y bajo un sol esplendoroso. Carlos Flores Borja, Presidente de la APDU, destacó el espíritu de superación del joven fallecido y lo puso como ejemplo para las personas que sufren algún tipo de discapacidad para que mediante el estudio y la organización puedan superarse y mejorar su calidad de vida. Asimismo, el dirigente social lamentó que nuestra provincia carezca de un verdadero hospital y de un centro de rehabilitación para atender casos como el de José Alejandro. “Por eso –agregó- así como hemos logrado la construcción de nuestro local con talleres de trabajo en San Luis, de igual manera lograremos la construcción del Centro de Rehabilitación para Personas con Discapacidad en el terreno que tenemos en el centro poblado El Reposo”. De tres hermanos con discapacidad y con los mismos males que aquejaron a José Alejandro, dos de ellos han dejado de existir y solo queda uno de 26 años de edad y que también pertenece a la APDU. Su familia es de extrema pobreza y habita en una muy humilde vivienda en la Esperanza Alta.

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