miércoles, 1 de febrero de 2012

Lloran las madres del Río por los hijos de las profundidades…


 Una mañana de setiembre del 2003 encontré a Doña Irene de pie inclinada el cuerpo hacia el río, lloraba sin lágrimas, era el cuarto día que esperaba a su hijo atropellado por las lanchas de las petroleras en el marañón cuando regresaba de la pesca. Han pasado diez años, desde aquella fecha. Doña Irene quebraba el espinazo esperando a su hijo, pescador en el puerto de Nauta. De mi mente no se ha borrado su imagen, sus ojos secos sin más lágrimas para llorar. Una “barcaza” de las petroleras que operan en el marañón le quitaba a su hijo para siempre. Sus gritos desesperados de justicia y sus llantos, sus tantas noches sin dormir, sus sueños y pesadillas, no fueron para nada importante, nadie la escucho excepto su anciano marido de 94 años también victima y sobreviviente de la esclavitud y explotación de la época del caucho. Diez años han pasado, nadie más ha tocado el tema. Hoy la encuentro postrada en una cama agonizando con cáncer a la piel, me hago muchas preguntas entonces ¿De quien es culpa? ¿De Doña Irene? ¿De su marido que no hace otra cosa que llorar cuando recuerda los dolorosos castigos de los patrones en la época del caucho? o ¿De las petroleras y del Estado peruano? Los diarios de circulación nacional y regional estos días dicen que las petroleras son buenos, que no contaminan; entonces digo: debe ser verdad, porque también lo dicen los ministros, los medios de comunicación, el fiscal, el alcalde, el presidente regional que ahora debería tirarse al rio como lo hizo cundo el amazonas por desgracia para nosotros los indígenas se convirtió en una de las siete maravillas del mundo. La gente del marañón pensamos distinto.


 28 de diciembre del 2011. Nos sorprende un derrame de crudo en Saramurillo. Unos días después, plus petrol se lava las manos, y los salvajes y mentirosos somos nuevamente para la opinión nacional, los indígenas kukamas. Nuestra gente se muere, los peces se mueren, el hijo de Doña Irene que vive dentro del Río se muere nuevamente, Doña Irene agoniza con cáncer. Tanto dolor que no es tenido en cuenta. Seguridad, Policías, Estado Peruano, si, pero para cuidar los intereses de las petroleras y para desvirtuar o tapar la información que podría mostrar la realidad que se vive en el Marañón. Entonces la inocencia y bondad de las petroleras en boca del Estado peruano y de muchos medios de comunicación, podemos traducirla en una relación de enamoramiento feliz donde la novia es el Estado Peruano y el novio que la engríe a costa del sufrimiento de otros son las petroleras, como en la época del aprismo, hoy con el humalismo. De niño, en la primaria, un maestro de Educación Cívica me reprobó el examen por afirmar que los indígenas no representamos el Estado peruano para los gobernantes peruanos. 28 años después, estoy convencido de eso. La inclusión social es una esquizofrenia del “capitán Carlos” en este tiempo. La tercera semana del mes de enero 2012 nos sorprende con otro derrame. Doña Irene nos cuenta sobre su sueño mientras sigue agonizando de dolor; su hijo le ha dicho que siente que se esta quemando su cuerpo y que se esta muriendo. Para mucha gente es difícil de comprender que una persona pueda vivir dentro del río después de ahogado, también les es difícil comprender que exista una relación intima de vida entre nuestras familias y el río. ¿Y su tan presumida inteligencia? Estas cosas tan sencillas para nosotros los indígenas no pueden ni quieren ser comprendidas en otros espacios. Bueno, no nos culpen de eso. Los derrames de petróleo en territorio indígena, se han convertido también en una noticia cualquiera dentro y fuera de la región, se olvidan rápido de lo que aquí pasa. Doña Irene y otras victimas de las lanchas de las petroleras Jamás lo han olvidado, no han olvidado a sus hijos, pero, tampoco a las petroleras. Nadie ha dado con los procesos de dolor que van más allá del día del derrame o las muertes en el río. El crecimiento económico es más importante, la vida de los indígenas kukamas, Urarinas y Ashuar parece no serla. 24 de enero, 6:45 p.m. Un minuto de silencio, por muchos años de dolor. Doña Irene ha fallecido. Con ella se queda la esperanza de que un día llegue la justicia para la gente que sufre.
Por: Leonardo Tello Imaina Radio UCAMARA

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