Presunto homicida confesó con frialdad
Asesinato de maquinista cajarurino
“Ya está hecho pues señores, no
Hagamos más leña al fuego”
BAGUA GRANDE.- Una unidad de la policía de carreteras de Pedro Ruiz alertada radialmente de lo que había acontecido horas antes en el CP San Juan de la Libertad, tras el asesinato de Segundo Esteban Callao Tarrillo, con las características brindadas de la moto lineal robada y las facciones físicas logró detener al homicida, quien en su primer intento para despistar a los efectivos policiales les dijo que pertenecía al cuerpo de seguridad del alcalde de Cajaruro, Domingo Guerrero Dávila.
Los efectivos de la unidad de la DIPOLCAR de Pedro Ruiz que se encontraban en alerta y en constante patrullaje, sin embargo sin esperar la reacción que haya podido tener el sospechoso en esos momentos ya que se encontraba provisto de un revolver calibre 38, no atinaron mas que sacar inmediatamente sus armas de reglamento y apuntar directamente al presunto asesino, Wilmer Aguilar Fernández, quien a su vez inmediatamente fue enmarrocado con grilletas e introducido al vehículo policial para luego ser trasladado a la DEINCRI de Utcubamba, ubicada en la comandancia rural de Utcubamba, en donde algunos familiares del fallecido lo esperaban y pretendieron agredirlo.
De tez morena y de corpulencia física, vestía una camisa blanca, un pantalón crema y zapatillas marrones con algunas partes llenas de fango, lo que hace presumir que tras los hechos de sangre y en su loca huida habría caminado un cierto trecho lleno de desesperación temiendo así ser capturado por la policía, por ello que dejó abandonada la camioneta del serenazgo municipal para optar con asaltar a un ciudadano que se encontraba con su motolineal acompañado de un teniente gobernador a quienes apuntó amenazando con matarlos, pero diciendo “acabo de matar a un c…….su madre, ustedes dos pueden ser los siguientes”.
Wilmer Aguilar Fernández, fue reducido a su más mínima expresión de matón con voz gruesa y amenazante, a la de un simple delincuente arrodillado y engrilletado rodeado de policías, a pocos metros en una mesa el arma homicida un revolver calibre 38 con dos casquillos percutados, uno de ellos según informó la policía habría sido disparada al aire y el segundo directamente hacia el pecho de la victima a la altura de su corazón.
En medio de las diligencias de acuerdo a ley, Wilmer Aguilar Fernández, habría expresado con pasmosa frialdad a la policía nacional ““Ya está hecho pues señores, no hagamos más leña al fuego”. (A. PINTADO)
No hay comentarios:
Publicar un comentario