viernes, 12 de junio de 2015

Reciclador dijo que no sabía leer muy bien y por eso compró más de 80 cajas de libros de la UGEL-U 



Bagua Grande (José Flores).- El mismo chatarrero Juan Manuel Castillo Vin, quien en fechas anteriores fue intervenido por la PNP comprando los cables de cobre robados por delincuentes comunes del tendido eléctrico de EMSEU de Bagua Grande, señaló no saber leer tan fluidamente, generando que no se “percate” que se trataban de centenas de libros que le pertenecen a un sin número de niños y docentes de diferentes I.I.E.E, a cargo de la UGEL-Utcubamba. Según una fuente policial, el funcionario de abastecimientos de la UGEL-U, Nery Alarcón Sánchez, presuntamente e increíblemente habría mencionado que los más de cuatro mil textos forman parte de un excedente de material educativo, sin percatarse que las cajas con dicho material tenían las letras grandes que decía prohibida su venta. Con dichas opiniones del indicado funcionario de la UGEL, que dirige Reyneiro Tejada, junto a un grupo de funcionarios, solo estaría abalando la presunta ilegalidad de sus actos y generando el presunto delito de peculado agravado de los posibles investigados, donde incluso el fiscal provincial podría solicitar la detención preventiva de los presuntos responsables de tan grave crimen y atentado contra la educación de los niños más pobres de Utcubamba, a donde iban dirigidos los textos escolares. Estos hechos suceden en la cuestionada gestión del responsable de la DREA que dirige Pastor Izquierdo, quien hace varias semanas el vicepresidente regional Carlos Nava, pidió su renuncia por una serie de presuntas irregularidades en dicho sector, sin embargo Gilmer Horna, lo respaldó y lo sigue blindando y protegiendo. El presunto analfabetismo que argumentó el reciclador no le permitió leer que las cajas que tenían grandes impresiones en letras grandes que decía “prohibida su venta, su distribución es gratuita”. Además contenía la frece “ministerio de educación”, entre señales que anunciaban que eran del año escolar 2015. Dijo que pensaba que se trataba de papel inservible, mientras que destruía los libros separando la pasta los textos de 236 a full color, no solo para los niños, sino también para los docentes. Los recicladores mencionaron que la pasta del libro full colores, en fina cartulina cauche plastificado, no tenía valor monetario, ya que solo almacenaban el papel para pesarlos y según los kilos que registrase, les pagarían presuntamente a algún funcionario corrupto de la UGEL-U.

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