miércoles, 20 de abril de 2011

En Blanco y Negro

Miedo, miedo y miedo...
Carlos Angulo Rivas

Están ocurriendo situaciones un tanto raras, aunque normales cuando se trata de sorprender a los votantes de la segunda vuelta electoral. El editorial de El Comercio de hoy dice “55% de los peruanos se quedaron sin candidato.” La ONPE con los resultados hasta hoy contabilizados desmiente al decano de la prensa nacional que, casi de manera excesiva, se juega por la presidencia de Keiko Fujimori. Pues si Ollanta Humala llega a 31.71% y la hija del dictador preso por crímenes de lesa humanidad y latrocinios al estado tiene 23.55% la suma nos arroja 55.26% y quienes se quedaron sin candidato serían 44.74% de los electores. Así la equivalencia, El Comercio cuando menos debería aprender a sumar y restar.

Pedro Pablo Kuczynski, el candidato presidencial gracias a los “chanchullos” del Jurado Nacional de Elecciones, que justificó su candidatura siendo estadounidense y renunciante a la ciudadanía peruana, se lanzó por indicaciones de su promotor, Alan García, a establecer la agenda política del país. Fracasado el intento de instalar un extranjero en palacio de gobierno, PPK y García Pérez elaboraron un “Pacto por el Perú” con miras a mangonear a los electores. Las generalidades de ese documento firmado por Keiko Fujimori no sirven para nada, excepto para crear confusión con el objetivo de infundir temores. Por lo demás, como PPK no salió con su gusto llamó “partidos apestosos” a todos.

De ahí para adelante, piensan los elementos de la derecha extrema, los Opus Dei, los criminales fascistas y las mafias de corruptos e inmorales, será crear miedo a través de los medios de comunicación adictos al gobierno alanista y a la putrefacción del país. La juerga amoral debe continuar. En este sentido no me explico la actuación de Carlos Tapia frente a una periodista fujimorista por todos su contornos como Rosa María Palacios, una provocadora profesional, que insiste todos los días en leer párrafos de del Plan de Gobierno de Ollanta Humala con la finalidad de distorsionarlos y mentir descaradamente.

Tapia pisó el palito y se fue de narices solito. En primer lugar porque el plan inicial de Humala pertenece al modelo neoliberal con ciertos ajustes similares a los propuestos por Alejandro Toledo. En segundo lugar porque ese plan obtuvo el 31.71% de apoyo popular y no el cincuenta por ciento más uno para aplicarlo en su integridad, cosa que no mencionó Tapia para salir airoso del acoso de la señora Palacios. Y en tercer lugar, porque ya en la segunda vuelta Ollanta Humala y su equipo han convertido ese plan en referencial con miras buscar consensos de apoyo extensivo a un futuro gobierno. Gobierno que, de producirse, no distará mucho de lo que fue el gobierno de Alejandro Toledo 2001-2006.

Sin embargo, como una cantaleta de mentiras para crear el contagio del miedo, Rosa María Palacios, El Comercio, Perú 21, Correo, La Razón, RPP, canales 2, 4 y 5, etc. etc. insisten en leer el plan inicial de Ollanta Humala convertido en referencial y no pronunciarse sobre lo concreto de las nuevas posiciones adquiridas por el equipo técnico-político del candidato de Gana Perú. Y eso no es todo, Alan García interviene en la misma campaña del miedo, cínicamente, diciendo el pobrecito, tremenda sabandija y cleptómano, que ha perdido el 25 % de su Compensación de Tiempo de Servicios CTS debido al pánico financiero por la incertidumbre de las elecciones presidenciales y el plan “nacionalizador” de Ollanta Humala. Interesadamente se olvida el ladrón de “siete suelas” que todas las bolsas de valores del mundo han caído por la crisis internacional y la de Lima también por lo mismo.

¿Plan nacionalizador? En estricta definición del concepto, ni en el plan inicial de Ollanta ni en el que se cocina con los aportes nuevos existe algo parecido a la nacionalización de los recursos naturales o a la estatización de empresas como se pinta, para crear temores, por parte de los líderes conocidos de las mentiras a fin de favorecer a la corrupta Keiko Fujimori y a la mafia de su padre el delincuente preso. Además, en medio de la confusión político-ideológica, de él y sus asesores, Ollanta Humala repite a cada momento que su nacionalismo es una noción política y no económica. Y en lo referente a los puertos, aeropuertos o líneas de bandera nacional, tema favorito de la Palacios, se habla de una participación del Estado sin señalar porcentajes lo que vendría a ser una especie de empresa mixta y de ninguna manera una estatización.

Qué periodismo nuestro y qué país el que nos espera.

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